
Alfredo Moreno, lo soluciona
Mis predicciones, claro, se cumplieron a la perfección. Moreno no fue ministro diez años, ni tuvo el tiempo necesario para aplicar sus reformas. Su falta de simpatía personal, sus modales de jefe, su incapacidad para el carisma, le impidieron también convertirse en candidato presidencial —un cargo que, sin duda, habría ejercido con la misma seriedad, sobriedad y rigor intelectual con que ha asumido casi todos los papeles que le han tocado.